martes, 17 de noviembre de 2009

EXCAVACIONES EN POMPEYA



LAS EXCAVACIONES



Ninguna otra excavación arqueológica como la de Pompeya ha podido ilustrar tan nítidamente la vida cotidiana del mundo antiguo. Plinio el Joven consideraba Pompeya como una de las tierras más hermosas del mundo, rodeada de tierras fértiles, que producían vino en abundancia. En el momento de la erupción vivían en Pompeya unos 25.000 habitantes. Su vida cotidiana ha sido conservada de manera perfecta por la ceniza.

Las excavaciones han podido reflejar incluso las pintadas en los muros de algunos de los edificios. La ceniza ha congelado la vida en la ciudad, que ha permanecido intacta durante más de 17 siglos. De particular interés con las numerosas pinturas murales encontradas que ilustran la forma en la que trabajaban y vivían los romanos.

Intervino como patrono y visitante frecuente de los trabajos, el Rey Carlos VII de Nápoles, mucho más conocido como Carlos III de España entre 1759 y 1788. 
Fue ingeniero director de los trabajos de Pompeya y Herculano el aragonés Roque Joaquín de Alcubierre y colector y mantenedor de muchas esculturas encontradas durante una treintena de años, hoy preservadas en Madrid, Roma y Nápoles.
Desde entonces, ambas villas han sido excavadas revelando numerosos edificios intactos, así como pinturas murales. Pero las excavaciones propiamente dichas empezaron en 1748, 10 años más tarde que las de Herculano, durante el reinado de Carlos de Borbón, que deseaba ampliar su museo particular.
En 1775 se constituyó la "Academia Herculanense" con el objeto de estudiar los monumentos de Herculano y de Pompeya. En este periodo salieron a la luz la Villa di Cicerone, luego recubierta, la Villa de Diomede, el Teatro y la Casa di Julia Felice. 
Se dio un gran impulso a los trabajos de excavación en la época de José Bonaparte y Joaquín Murat, descubriéndose la Basílica, el Foro, el Tempio della Fortuna Augusta, las Terme Minori y las casas llamadas de Pansa, del Poeta trágico y del Fauno. 
Entre 1848 y 1850 hubo un intervalo, mientras desde 1850 y 1859 se descubrieron la Via Stabiana y las Terme Stabiane. 
En 1860 la dirección de las excavaciones fue confiada a Giuseppe Fiorelli, que experimentó la sugestiva técnica de los calcos en yeso para revivir la dramática agonía de la ciudad; de hecho los cuerpos de personas y animales y los organismos vegetales (plantas, árboles y también objetos de madera), recubiertos por una gruesa capa de “lapilli” incandescentes, se descompusieron dejando un vacío en el compacto banco de ceniza; colando yeso líquido en estas cavidades, se sacaron unos calcos que reproducían fielmente los rasgos de hombres y animales en los últimos instantes de su vida. En este periodo salieron a la luz la Casa dei Vetti, la Casa degli Amorini dorati, la Casa di Lucrezio Frontone, la Villa dei Misteri y la Casa di Menandro. En los últimos años las excavaciones, confiadas en principio a Amedeo Maiuri y luego a partir de 1961 a de Franciscis , se han ido perfeccionando, llegando a descubrir más o menos tres quintas partes de toda la ciudad.
Se ha sostenido la teoría (sin demostrar) de que Fontana, inicialmente encontró algunos de los famosos frescos eróticos, y debido a la estricta moral reinante en su época los enterró de nuevo en un intento de censura arqueológica. Excavadores posteriores plasmaron en sus informes que los lugares en los que estaban trabajando habían sido desenterrados y enterrados de nuevo con anterioridad.

El foro, los baños, muchas casas y algunas villas permanecieron en un sorprendente buen estado de conservación. Un hotel de 1000 m² fue descubierto a escasa distancia de la ciudad, y hoy en día se le conoce como "Gran Hotel Murecino".

Pompeya es la única ciudad antigua de la que se conoce de forma precisa su estructura topográfica, sin modificaciones posteriores.  

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